Tras la reciente orgía chicharrocanariona –seamos serios cuando hablemos de derbis- y a raíz de mis más negativos deseos hacia los equipos que fenomenalmente representan a la casposa, cutre, jedionda y opresora CACAnarias, algunos amigos me han preguntado a cuenta de qué viene tanta inquina y tanta mala leche. Así que aprovecho esta ventana y les contesto a todos juntos, que no lo hago individualmente por desidia sino por falta de tiempo. Perdónenme todos.
Yo de chiquitito –de muy chiquitito, matizo- era de Las Palmas, ¿cómo no serlo?: Carnevali en la portería, Felipe en la defensa, Félix y Brindisi en el centro del campo, Morete en la delantera… aquella final de la Copa del 78 contra el Barça en el Bernabéu… ¡qué equipazo!
A finales de los ochenta, el declive de Las Palmas coincidió con el auge del Tenerife. Así que me hice del Tenerife. Aquella promoción loca contra el Betis que supuso el ascenso a Primera y que algunos palmeros celebramos por la calles de Santa Cruz (de La Palma, la más antigua de las “Santa Cruz” del Archipiélago); las dos ligas perdidas por el Real Madrid en el Heliodoro; las dos participaciones en UEFA… Se sentía uno hasta canario.
Y el MENSAJERO subió a 2ªB. Y más orgullo que el que uno siente por el representante de su ciudad no puede sentir por cualquier otro equipo, así que mis pasiones futbolísticas volvieron a quien me correspondía por proximidad y afinidad, sin que eso significase que no me alegrara enormemente con las alegrías de los otros representantes del Archipiélago.
Pero hete aquí que un día me entero de que cuando anunciaban el resultado del MENSA en el marcador del Heliodoro la gente silbaba y ¡joder! aparte del mal gusto y de la mala educación, me pareció una TRAICIÓN en toda regla, así que le puse la cruz al Tete. Y la cruz a los Pío-pío vino por inercia y, sobre todo, gracias a las maniobras del gobierno CACAnario por identificar Canarias SÓLO con las dos islas más grandes, dejando a las otras como simples recogedoras de migas en la bacanal CACAnaria.
Porque yo, amigos, he visto campañas del Gobierno CACAnario absolutamente humillantes para las islas menores en general y La Palma en particular. Yo he visto como nuestros queridos chicharrocanariones fletaban trenes promocionando Canarias en la Península y lo ÚNICO que se veía de La Palma era una foto del Teneguía… ¡¡una sola foto en todo un tren!!