viernes, 24 de agosto de 2007

agosto_03: El SUSOnuestro

SUSO Nuestro
que aún estás jugando,
no te retires;
glorificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Fuerza,
sígase tu Ejemplo
en la Grada como en el Campo.

Danos hoy nuestra victoria de cada semana.
Instruye a nuestra defensa
que todos nosotros
apoyaremos a los delanteros,
no nos dejes caer en la mediocridad
y líbranos de los malos arbitrajes.
AMÉN

lunes, 20 de agosto de 2007

agosto_02: el orgullo (2ª parte)

Con motivo del Mundial de Alemania, MAGAZINE, el suplemento dominical de El Mundo, sacó una serie de reportajes relacionados con los países participantes. En uno de ellos[1], un tal “Febien”, coordinador de los aficionados franceses en la grada, explicaba, más o menos, que la pasión que la gente siente por el fútbol es porque cuando la política o los ideales sociales ya no responden a nuestras expectativas, vamos a buscar a otra parte una razón para vivir. Y me pareció una de las gilipolleces más grandes que he leído en mi vida. Por dos razones; la primera es que tener como “razón para vivir” la política, los ideales sociales o el fútbol, me parece una gilipollez en sí mismo.

Y la segunda por lo siguiente. Pienso que los psicólogos podrían explicarnos cómo es posible que un adolescente aborrezca cualquier cosa que venga de sus padres, excepto su filiación futbolística. Hay padres de derechas e hijos de izquierda (al revés es más difícil, je-je); a ellos les gusta el fútbol y a aquellos, otros deportes o ninguno; a los primeros les gusta el cine de aventuras y a los segundos el de terror... Pero que a unos padres les guste un equipo y a sus hijos otro... es bastante difícil.

Así que yo SIEMPRE he sido del MENSAJERO. Mis padres son del MENSA, mis abuelos eran del MENSA, y yo ¿qué otra cosa podía ser sino del MENSA? La conciencia política o los ideales sociales me llegaron muchísimo más tarde... Pero el sentimiento MENSAJERISTA no sé desde cuándo lo profeso. Al igual que no sé cuándo fue la primera vez que fui a un partido del MENSA o vi el Silvestre Carrillo. Realmente no creo que tenga importancia conocer todos estos detalles, lo realmente importante es SER del MENSAJERO.

Para mí, SER del MENSAJERO, es tener claro una serie de conceptos que parten de la firme creencia de que el MENSAJERISMO es como la MATERIA: ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma de generación en generación.

También creo firmemente que SER MENSAJERISTA es un acto de FE. Porque el MENSAJERISTA NO se plantea su militancia. El MENSAJERISTA nace o se hace al ver la grandeza y constancia de espíritu de otros MENSAJERISTAS. Y es que estoy completamente seguro de que DIOS no pensó en el domingo para descansar, sino para ver al MENSAJERO... lo cual me lleva a pensar que ¡¡DIOS es MENSAJERISTA!!

Todavía hay gente que se queda perpleja o pone cara de extrañeza cuando escuchan: “Del MENSAJERO” como respuesta a la pregunta “Y tú ¿de qué equipo eres? Y después te dicen algo así como: “sí, sí pero ¿de qué equipo eres de Primera o de Segunda...? Y es que para mí, el MENSAJERISTA NO es también de "otro equipo". El MENSAJERISTA es del MENSAJERO y nada más que del MENSAJERO. Porque el MENSAJERISTA no concibe ni siente otros colores que no sean los del C.D. MENSAJERO.

Así que esto es lo que hay: MENSAJERISTA.
Del MENSAJERO y nada más que del MENSAJERO.

Y orgulloso.



[1] nº. 348, de 28 de mayo de 2006

jueves, 16 de agosto de 2007

agosto_01: el orgullo (1ª parte)

Es bastante fácil ser de algunos equipos.

Por ejemplo, es fácil ser del Real Madrid. Entre Copas de Europa, Ligas, Copas del Rey, Supercopas de España y de Europa, Copas de la UEFA e Intercontinentales, son sesenta y pico grandes títulos. Si sumamos los años que tiene y los dividimos por esos trofeos, resulta que un madridista celebra un título cada año y medio más o menos.

También es fácil ser, por ejemplo, del Zaragoza. El Zaragoza tiene un momento que vale por toda la HISTORIA: miércoles 10 de mayo de 1995, Parque de los Príncipes (París), final de la Recopa: Zaragoza-Arsenal. Minuto 119 y 50 segundos la coge Nayim desde un poco más allá del centro del campo, suelta un derechazo y ¡GOL! El vídeo se puede ver en internet. Ese momento es la historia de tu equipo, no le puedes pedir más. Años después, el Zaragoza ganó dos Copas del Rey y una Supercopa de España, y años antes ya había ganado otra par de Copas del Rey y hasta una Copa de Ferias (antigua Recopa).

Y todavía más. Es fácil ser del Sevilla. En toda su vida sólo habían ganado una Liga y de eso hace como sesenta años. Un lujo para los que la vivieron. Una pequeña historia que fue pasando de padres a hijos a nietos a bisnietos... Y toma, van y ganan la Copa de la UEFA en la temporada en la que celebran el Centenario. Y la Supercopa de Europa meses después; y otra Copa de la UEFA y... suma y sigue. Y ya está, ya tienes para toda la vida porque es difícil que tantos acontecimientos históricos de esa magnitud coincidan en “tu” tiempo; y muchísimo menos cuando el tuyo es un equipo humilde.

Pero cuando eres del MENSA ¿qué celebras?

Podríamos vanagloriarnos (de hecho, lo hacemos) de ser el equipo decano de La Palma, pero no nos engañemos, ni La Palma es Nueva York en cuanto a importancia ni el Mensajero pasa de ser un equipo más de los muchos que hay en el mundo. Además ¿cuántos equipos hay que sean “decanos”? Si al menos fuéramos como el Recreativo de Huelva, decano de España.

Podríamos presumir (de hecho, lo hacemos) de haber construido un Estadio con nuestras propias manos y con la ilusión y aportación de cientos de simpatizantes. Pero no nos engañemos, tampoco el Silvestre Carrillo es nada del otro mundo. Un campo como hay cientos sólo en España.

Podríamos fanfarronear (de hecho, lo hacemos) de ascensos. Porque han sido muchos. Pero no nos engañemos, subir de Primera a Preferente o de Preferente a Tercera, no es ganar el Mundialito de Clubes.

Podríamos alardear (de hecho, lo hacemos) de ser el primer equipo de La Palma que ganó el San Ginés, cuando éste era el trofeo de verano más importante del fútbol canario; o también de ser el primer equipo de La Palma que ganó la Copa Heliodoro Rodríguez López, cuando éste era un torneo referencia en todas las islas; o ¡cómo no! de ser el único equipo de La Palma que ha jugado en 2ª B. Pero no nos engañemos, nada de lo mencionado es la Liga de Campeones. En realidad, sólo importa para las ciudades o pueblos cuyos equipos lo consiguen; de resto, nada.

Entonces, si no vale casi nada de lo que forma parte de nuestra Historia, ¿qué queda?

Queda el orgullo de SER MENSAJERISTA.

No se puede explicar ni empírica ni filosóficamente, ni con palabras, ni siquiera con la razón.
No se puede explicar.

(continuará)